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Masticar bien desde niños ayuda a evitar problemas con la boca en el futuro

Es importante que la dentición de leche sufra una intensa masticación de alimentos duros, que favorezca el desarrollo de las estructuras que alojarán los dientes definitivos

Para lograr esa buena función masticatoria, es importante que se haya trabajado desde los primeros meses de vida. De hecho, los niños deben ser amamantados durante el mayor tiempo posible antes de iniciar la alimentación con sólidos para desarrollar correctamente el aparato masticatorio, según explica el doctor Carlos Salvador, co-director de Dentoclinic, especializada en Rehabilitación Neuro-Oclusal y colaborador de Compromiso y Seguridad Dental.

Una vez que el niño tenga desarrollada la dentición de leche, el experto asegura que es importante que se produzca una intensa masticación de alimentos duros por parte del pequeño, ya que esa masticación es la que ayudará al desarrollo de todas las estructuras, para alojar correctamente los dientes definitivos.

A esta función pueden contribuir las tareas dedicadas a reequilibrar la boca. «La rehabilitación neuro-oclusal tiene métodos para ayudar al niño a que tenga un buen desarrollo con tratamientos que se pueden iniciar desde los 3-4 años. A veces, bastan pequeños tratamientos para mejorar y controlar la masticación del niño, que le ayudarán en su desarrollo futuro», indica el Dr. Salvador.

¿Para qué sirve la ortodoncia?

La mayor parte de los tratamientos de ortodoncia se realizan para corregir la mala posición de los dientes, que afecta el aspecto estético de muchos niños y adolescentes. Sin embargo, según señala Salvador, es un síntoma de un problema más profundo que es una falta de desarrollo o un desarrollo anómalo de las estructuras que forman parte de la boca. «Hay que entender la boca de una forma más global y no sólo limitarse a ver los dientes anteriores. La masticación es el factor más importante en el desarrollo de todas las estructuras que forman un sistema masticatorio que incluye no sólo los dientes, sino también todo el arco dentario globalmente, pero además los músculos, la lengua, los huesos maxilares, las articulaciones mandibulares», argumenta. Más allá de la estética, cualquier tratamiento de ortodoncia debe tener como objetivo lograr una boca funcionalmente perfecta que proporcione condiciones de salud óptimas para las estructuras de la boca y del sistema masticatorio.

Para lograr una función masticatoria óptima hay que tener una oclusión equilibrada funcionalmente, es decir, que el engranaje que forman todos los dientes con sus respectivas cúspides y fosas se encuentra en buen equilibrio, contactando adecuadamente en el momento del cierre de la boca, pero también durante los movimientos funcionales especialmente durante los movimientos masticatorios.

«Cuando tratamos a un paciente joven, nuestro objetivo debe ser llegar a esta situación de equilibrio perfecto. Porque esta boca funcionalmente bien equilibrada, será lo que ofrecerá una buena salud al paciente a lo largo de los años, una buena salud paradontal en el futuro, se reducirán o serán fáciles de solucionar los posibles problemas con las articulaciones, y globalmente, hablaremos de una boca sana. Una boca saludable será siempre estéticamente agradable», concluye el doctor Salvador.

Fuente: www.abc.es